Justo cuando las ventas del M5 estaban marchando tan eficientemente como el motor que lo equipa, la marca alemana BMW ordenó detener la producción de este modelo y sus ventas en los concesionarios de Estados Unidos, así como las del M6 que también cuenta con el mismo motor V8 de 4.4 litros y doble turbo que entrega 560 caballos (antes era un V10 atmosférico).
Al parecer, la firma detectó un problema en la bomba de aceite de este propulsor ya que, al parecer, puede sufrir una pérdida repentina de presión y el lubricante no llegaría de forma adecuada con lo que el bloque sufriría graves daños.
Aunque no se conocen los detalles exactos, BMW paralizó la fabricación de ambos modelos hasta nuevo anuncio y la división estadounidense recomendó cesar las ventas de estos modelos y los repuestos involucrados.
De la misma forma, están contactandose con las personas que compraron estos modelos para solicitarles que no los conduzcan, en lo que podría ser una medida previa a un 'llamado' general.
Los carros afectados son los que se fabricaron entre julio y septiembre de este año.