El modelo que conduce Sean Boswell en la tercera película de Rápido & Furioso es integrante de la primera generación del Chevy Montecarlo, clásico americano que se luce en los minutos iniciales de Reto Tokio.

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Lanzado al mercado por General Motors a comienzos de la década del 70, este modelo de grandes dimensiones estaba diseñado para competir y triunfar en las carreras Nascar.
Para el rodaje de Reto Tokio, la producción de Rápido & Furioso tuvo que construir nueve unidades del Chevy Montecarlo. Cada uno fue usado para filmar diferentes partes del auto en las exigentes escenas de acción.

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Al mando de Sean Boswell, el Chevy Montecarlo se lució con su motor de 10,3 litros de cilindrada y 700 caballos de potencia. Además contaba con colectores Hookers unidos a una doble línea de escape Flowmaster.