La finalidad es que el modelo se conduzca solo, por eso no permite en ningún caso el manejo convencional por parte de una persona, sino que se conduce todo el tiempo a través de un software y unos sensores que se encargan de todo el trabajo.
Desde su apariencia exterior, el compacto autónomo se conecta totalmente con el futuro, contrario a los anteriores modelos trabajados por Google, en los que sus carrocerías eran idénticas a las de los carros convencionales y además permitían que el conductor retomara el control cuando fuera necesario o en casos de emergencia.
Ahora, solo hay un botón que da arranque y otro que permite la parada. Estos dos elementos son los únicos puntos de interacción física con los pasajeros, quienes se limitarán a programar cada destino a través de una aplicación desde el móvil.
La multinacional estadounidense planea construir unos cien prototipos de esta clase para empezar pruebas a mediados de este año y, si resultan bien las cosas, iniciarán un programa piloto en California, estado en donde el gigante tecnológico tiene su sede y donde ruedan ya algunos Lexus RX450h equipados por Google con sensores.
La casa estadounidense dijo que en ninguna de las pruebas que ha hecho el prototipo autónomo de dos puestos, se han registrado accidentes.