No es casualidad que el mismo piloto tenga en su haber dos registros de velocidad máxima abordo de aparatos propulsados por motores eléctricos. Chip Yates, un estadounidense que se declara así mismo, abanderado de la propulsión eléctrica, es quien a pilotado una moto y una aeronave de tipo eléctrico a las mayores velocidades registradas en la actualidad.
En su más reciente demostración, el pasado 20 de julio, Yates, al mando de una avioneta acondicionada con unas baterías de 12 kWh de capacidad y con un motor eléctrico de 253 caballos de potencia, consiguió volar a 326 kilómetros por hora en el aeródromo de Inyokem de California, Estados Unidos.
Lamentablemente este registro no se hizo bajo las condiciones oficiales que exige el libro Guiness, pero esta cifra sí supera la marca anterior de 283 kph y que sí está en la famosa publicación.
La consecución del récord no estuvo exenta de problemas, en una primera ocasión donde Yates volaba a velocidades superiores a los 280 Kph, pero las baterías se agotaron y debió aterrizar con rapidez. De este modo se hizo un segundo vuelo, con baterías de mayor capacidad.
Ahora, lo que le queda por hacer a este intrépido piloto norteamericano es repetir la hazaña para que quede registrada entre los Guinness Récords.
Junto a esta nueva marca, Chip Yates ostenta otro récord de velocidad, al mando de una motocicleta eléctrica con la que alcanzó 306 kph.
DATO
Este tipo de propulsión para aeronaves aún está en una etapa muy temprana ya que para realizar vuelos seguros y sostenibles por costos deben combinarse dos factores opuestos: una alta demanda de energía desde el motor hacia los mecanismo de propulsión y una provisión constante de electricidad desde las baterías hacia el motor.
Por el momento, la solución al dilema son baterías más grandes, sin embargo un mayor peso de las mismas también afecta negativamente la ecuación.