Con promesas de ‘bajo consumo’, ‘ahorro de combustible’ o ‘aumento de potencia’ pululan los avisos en internet de venta de ‘kits de hidrógeno vehicular’, que oscilan entre los 250.000 y 350.000 pesos. “¿Cansado de gastar tanto dinero en combustible? Usted puede ahorrar un 40 por ciento del dinero que gasta. Comience a ahorrar con nuestra tecnología de hidrógeno”.
Con toda esta artillería se busca captar compradores de un dispositivo similar a una botella o termo, ‘reactor’ lo llaman –que no tiene nada que ver con la pila de hidrógeno–, que se acopla al motor. Ese ‘reactor’ descompone el agua en sus dos moléculas (hidrógeno y oxígeno). El oxígeno es expulsado al ambiente y el hidrógeno se ingresa a las cámaras de combustión del vehículo, a través del múltiple de admisión, donde junto con el aire y la gasolina produce una combustión completa.

Tecnología BMW FCEV
El aparato se instala en menos de una hora y solo necesita agua limpia; sin embargo, no hay pruebas del ahorro de combustible ni de que aumente la potencia y menos de la eliminación del 80 por ciento de los gases contaminantes.
Lo que sí se sabe es que la cantidad de electricidad que se debe generar a través del alternador para mantener activo el generador de hidrógeno resulta una carga para el motor que hace que se consuma más gasolina para sostenerla y, por lo tanto, las cuentas no son tan positivas.
Por otra parte, hay que precisar que estos sistemas de ‘hidrógeno vehicular’ no reemplazan la gasolina, esto es inviable para un vehículo por costos y dificultades de producción y almacenamiento.