Cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial, un gran número de vehículos Willys MB empleados en Europa por las fuerzas aliadas quedaron fuera de servicio y fueron puestos a disposición de diversos cuerpos civiles, como el de bomberos.
La primera idea de una variante civil del Jeep surgió antes de finalizar la guerra y en mayo de 1944 ya rodaba por las calles el prototipo del Willys CJ-1 (Civilian Jeep 1), basado en el exitoso MB.
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Publicado por Dacia 1300 New York en Domingo, 12 de abril de 2020
Sin embargo, su desempeño como vehículo de bomberos solo se dio cuando entró en producción el CJ-3A, que conservaba la configuración mecánica de origen y al que le incorporaron una cisterna para el almacenamiento de agua.
En principio iba dotado de una motobomba accionada por un motor de 3 caballos que proporcionaba un caudal de 100 litros por minuto, instalada a la derecha del conductor. El copiloto debía acomodarse detrás de este, en un sillín en posición sobreelevada, para subir el centro de gravedad del vehículo.
Para no entorpecer la manipulación del equipo de extinción, la llanta de repuesto iba ubicada sobre el capó, y en el espacio entre el parachoques delantero y el radiador se ubicaban herramientas como palas, picos y hachas, aseguradas mediante correas.

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Algunos vehículos Jeep, asignados a tareas de reconocimiento, solo llevaban equipo de radiotransmisión, luz destellante y ocasionalmente sirena. Otros eran usados como autobomba ligera con un remolque cargado de material de rescate y de primeros auxilios, carpas, etc.
También existieron unidades a las cuales les adecuaron estructuras que permitían trasladar tuberías y escaleras de considerables dimensiones.
El modelo CJ-3A fue utilizado también en tareas agrícolas y forestales en diversos países europeos y en el resto del mundo.