El capricho de quienes tienen el tiempo y el dinero para hacerse a objetos materiales que los haga únicos no conoce límites. O sí, pues en este caso es de 1:8, la escala de esta réplica que Rolls-Royce califica como “objeto de arte”.
Razón no le falta, pues se fabrica enteramente a mano en la casa de la compañía ubicada en Goodwood (Inglaterra) y su construcción demanda hasta 450 horas-hombre, con más de 1.000 piezas del mini CKD, como las pequeñas unidades de luz operables de forma remota o las que componen el icónico motor V12 de 6,75 litros, reproducido al milímetro por sus ‘ingenieros’.

Rolls-Royce Cullinan a escala
La pintura también es como de catálogo. Al igual que en el Cullinan real, aquí se puede escoger entre una oferta de más de 40.000 colores que la esparcen los artesanos con pinceles especiales y acabados que siguen los estándares de la compañía, sin importar si el cliente elige un tono de esta enorme paleta o si decide personalizar su juguete con visos diferentes.
De puertas para adentro se repite el juego: empieza con las puertas suicidas, las cuales –como sucede con la versión para grandes– incluyen marcos iluminados. Una vez en la cabina, detalles como los insertos en madera o las costuras de los asientos se reproducen tal cual e invitan a sentar allí las yemas de los dedos para palpar el grado de perfección de cada pieza.

Rolls-Royce Cullinan a escala
La entrega de un modelo así requiere, por supuesto, toda una parafernalia, pues a fin de cuentas se trata de un Rolls-Royce chiquito, pero fabricado con toda la técnica exigida por el manual de la marca. Se hace dentro de una elegante caja de un metro de largo con una base negra brillante y un pedestal que permite ver el vehículo desde todos los ángulos (por 100 millones, es lo mínimo…).
Ya entrado en gastos, el cliente puede remover el vidrio de plexiglás que lo protege y acceder a las chapas miniatura de las puertas, el baúl y el compartimento del motor para mirar en detalle cada elemento que compone este modelo, que por su perfección bien puede ocupar un sitio preferencial de la casa o la oficina de su dueño. No será una pieza esquinera porque mide cerca de 70 centímetros de largo, sin contar el estuche y la protección, por lo cual necesitará también garaje especial para exhibirlo y gozarlo.

Rolls-Royce Cullinan a escala
Así es el modelo real
El Cullinan comparte una plataforma de aluminio desarrollada en conjunto con BMW con el sedán Phantom. Mide 5.341 mm de largo, 2.164 mm de ancho y 1.835 mm de alto y se mueve con un motor V12 Twin-Turbo de 6,75 litros que genera una potencia máxima de 571 caballos a 5.000 rpm con un torque de 850 Nm a 1.600 rpm y sistema de tracción total.
Datos
“Los asuntos pequeños conducen a la perfección, pero la perfección no es un asunto pequeño”: es la frase de Sir Henry Royce, fundador de la compañía, que sirvió de inspiración para diseñar este modelo a escala.
Esta SUV de Rolls-Royce debe su nombre a Thomas Cullinan, propietario de una mina en Suráfrica en donde fue hallado un diamante de 3.000 quilates, el más grande extraído hasta hoy, apodado también Estrella del Sur.