Muchas cosas pasaron detrás de la Cortina de Hierro durante la segunda mitad del siglo pasado y de la mayoría no teníamos ni la más remota idea. Sin embargo, este deportivo logra despertar gran curiosidad en el público occidental.

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El proyecto '900-Sport' nació en Moscú (Rusia) en 1963 impulsado por un grupo de diseñadores, ingenieros, químicos y artistas que quisieron desarrollar un nuevo deportivo. Sin embargo, al no ser una propuesta del estado, no llegó a tener respaldo oficial.

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Afortunadamente Kuzma Durnov, director de la fábrica de componentes MZAK de ese momento, fue quien apoyó el desarrollo del automóvil, y a su vez, le dio sus iniciales al proyecto. Así, 900-Sport se convirtió en KD 900-Sport, que después fue simplemente 'KD'.

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De carrocería cupé, dos asientos y líneas aerodinámicas esculpidas en fibra de vidrio, medía 3.72 metros de largo, 1.45 m de ancho, 1.17 m de alto y pesaba 500 kilos. Además fue de hecho una mezcla extraña, inclusive para su época.

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La potencia provenía de un motor de 900 cm3 extraído de un ZAZ-965 y puesto en la parte trasera del vehículo, que desarrollaba 30 caballos de potencia y una velocidad máxima de 120 km/h. A pesar de esas cifras, parece que fue suficiente para ganarse el apodo de ‘Porsche soviético’, aunque no se sabe quién empezó a llamarlo así.

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Únicamente hicieron seis ejemplares, de los cuales solo dos sobreviven. Pero por más fugaz que fue el proyecto, logró inspirar a un joven diseñador ruso que actualmente trabaja para Mercedes-Benz, y que quiso recrear una versión moderna del extraño deportivo: su homenaje es sencillo, pero fiel a las proporciones originales, y de gran calidad en la ejecución.

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