Bosch trabajará de la mano con el otro importante fabricante con el fin de adaptar a los carros de producción estos motores, con lo que esperarían reducir consumos entre un 4 y un 13 por ciento.
El mayor reto para la compañía alemana será el de acomodar el sistema a los nuevos bloques cada vez más pequeños, resultado del ‘downsizing’ que promueve el aumento de rendimiento en los motores con mayores relaciones de compresión y más eficiencia.
El caso más claro y reciente del uso de inyección de agua en motores a gasolina en las pistas, lo aporta BMW con el M4 de Moto GP. En este auto se consiguió bajar las presiones dentro de cada cilindro adicionando agua en la mezcla, con lo que se controlan de mejor manera las explosiones a altísimas revoluciones, reduciendo la temperatura de la mezcla y evitando así el autoencendido.
Otro beneficio que resulta indirectamente de la implementación del sistema, es la disminución de contaminación, debida a la también baja de temperatura de los gases.
Habrá que esperar un tiempo mientras Bosch y su nuevo aliado en el proyecto avancen en la difícil tarea de implementar el sistema en los carros de producción, sin volver demasiado complicadas sus mecánicas.