General Motors quería mostrar en Europa su principal estreno del año, la séptima generación del Corvette, y lo tenía que hacer en la primera cita que marcó el calendario para Ginebra.
Sin embargo, para no repetirse con lo visto en Detroit, lo envió con un detalle clásico que acerca los diferentes tiempos que tienen que ver con las nuevas tecnologías y desarrollos de este nuevo deportivo que ahora se tienen que 'arropar' bajo una capota de lona.
Bajo esta esbelta carrocería convertible se mantuvieron intactas el 97 por ciento de las demás piezas para que el nuevo Corvette Stingray no perdiera ni una sola porción de sus prestaciones originales.
Entre los cambios, además del nuevo techo en lona, está el refuerzo en el pilar A, cambio en el vidrio trasero incorporado a la capota y la nueva disposición de los cinturones para los pasajeros que viajan atrás.
Para recoger la cubierta, que es de mando eléctrico, se instaló aluminio en las tres capas con lo que el peso general del conjunto se redujo en 45 kilos. Además, tiene un gran trabajo de aislamiento térmico y acústico y se almacena en un espacio situado detrás de los asientos.
La mecánica se mantien intacta con el motor V8 de 6,2 litros con 450 caballos de potencia y 650 Nm de torque que están dirigidos al eje trasero a través de un cambio manual de 7 velocidades (HH) o un cambio automático de 6.
DATO
La capota de lona puede abrirse o cerrarse desde la llave de encendido o a través de un botón de la consola central, incluso estándo en movimiento hasta los 50 kph.