Competir con un carro eléctrico con pinta deportiva y prestaciones igualmente atléticas en un mercado como Estados Unidos es una fòrmula que le ha resultado exitosa a Tesla y que General Motors deseó emular con el Cadillac ELR.
Sin embargo, comercialmente el precio del carro sufrió una sobrecarga y se disparó a casi el doble de lo que cuesta el carro del cual proviene: el Chevrolet Volt. Con este último guarda todas las configuraciones mecánicas aunque un rango mayor de potencia y obviamente para justificar su escudo, mucho más lujo y equipamiento. Y hasta para los ojos más acuciosos, una mejor estampa deportiva.
Pero por más arandelas que le pusieron a este ecológico de largo aliento, no ha podido cargarse positivamente en la demanda y menos aun cuando en la competencia precisamente le ha tocado batirse con el Model S de Tesla que le ha restado demanda con una mayor reputación y un precio de entrada mucho menor.
Y es que los 75 mil dólares que cuesta el Cadillac ELR, sin ningún tipo de subsidio, no atraen a los compradores de este tipo de autos que si existen en masa en los Estados Unidos, pues para la muestra está que las proyecciones de crecimiento de Tesla, su rival, están por el orden de los 35 mil autos para este año, lo cual es altamente peligroso para este eléctrico que en cinco meses apenas suma 300 unidades facturadas.
Y hay más. En General Motors se habla de que el inventario actual del Cadillac ELR es de unas 1.700 unidades, lo cual abastecería el ritmo de la demanda de los próximos dos años, síntoma que estaría obligando a una intervención urgente por parte del grupo automotor si quiere mantener este vehículo que si continúa descargado de las vitrinas podría también desconectarse de la producción.