Este es el Toyota LQ Concept, el prototipo más avanzado que la marca llevará al Salón de Tokio 2019 a finales de este mes.
Entre sus principales características, además de un diseño fuera de los cánones tanto de la marca como de los esperados kei cars, es que es un carro eléctrico y tiene conducción autónoma nivel 4.
Pero lo más llamativo del prototipo es la funcionalidad que le permite tener la inteligencia artificial para proporcionar información o modificar la dureza de los asientos, la luz o la calidad del aire al interior.
Esta tecnología se activa mediante comandos de voz y el carro les 'habla' a los pasajeros mediante luces que se encienden tanto en el piso como en el techo de la cabina.
Con diferentes colores 'le dice' cuando está en modo de manejo autónomo, la pantalla de instrumentos es envolvente y está hecha en OLED, los asientos tienen vejigas de aire y un sistema de purificación de aire mediante la descomposición del Ozono.
El Toyota LQ también tiene una función de valet parking automatizada, desarrollada con Panasonic, mediante la cual deja a los ocupantes y se dirige a un espacio de estacionamiento.
Otra función desarrollada conjuntamente con Panasonic es la pantalla de visualización de realidad aumentada que ayuda a los conductores a mantener la vista en la carretera.
Otra de las novedades 'comunicativas' del Toyota LQ es el Dispositivo Digital de Micromirror, otra función futurista que funciona activando un millón de espejos incrustados en los faros para proyectar figuras en el camino por delante.
El LQ Concept de Toyota mide 4.53 metros de largo, 1.84 m de ancho, 1.48 m de alto y tiene una distancia entre ejes de 2.7 m.
Sin mayores datos sobre la capacidad de su motor eléctrico, Toyota asegura que su rango de autonomía es de 300 km por carga.
Así es el Toyota LQ Concept, uno de los cuatro prototipos que la marca mostrará en la cita japonesa.